Pieles/Fur

La piel ha servido desde siempre para vestir al hombre. En la mayoría de las culturas, vestirse con las pieles de un animal salvaje y peligroso que había sido cazado, otorgaba el coraje y la fuerza del mismo y le daba autoridad.

La piel es un elemento básico de abrigo en la moda femenina y masculina del siglo XIX, pero fue a partir del siglo XX cuando comenzó a sustituirse el uso de las mismas por pieles artificiales, concretamente a finales de la década de los 60, gracias a los avances técnicos y el despertar de la conciencia y educación medioambiental.

En los años 10 y 20, la nutria y el astracán eran las pieles preferidas.
Durante los 30 y los 40, fueron la piel de zorro y de castor.
En los 50, el ocelote y el visón. Este último, fue introducido por la moda norteamericana de las estrellas de Hollywood. Símbolo de la sofisticación y el lujo, el abrigo de visón se convirtió en un icono de la sociedad burguesa.

Fue en los 60 cuando la influencia de culturas orientales y exóticas, junto con una predilección por un estilo deportivo y confortable, lo que hizo que destacara el uso del cordero y conejo para fabricar prendas de abrigo a precios más asequibles.